Charlotte Gainsbourg: «No tenía ni idea del miedo que me da la muerte»

  • Cuando tus padres son Serge Gainsbourg y Jane Birkin estás condenado a una carrera ligada a la cultura, ya sea cantando o actuando. Dicho y hecho. Charlotte Gainsbourg (Londres, 1971), con tres discos y un buen puñado de películas, vuelve a ser noticia de la mano de Lars von Trier (con quien ganó el premio a mejor actriz en Cannes por Anticristo) y protagoniza Melancholia, presentada en el mismo festival, una cinta sobre dos hermanas que afrontan el fin del mundo en la que comparte pantalla con Kirsten Dunst. La veremos también en El árbol, en cines a partir del 3 de junio.
La actriz Charlotte Gainsbourg.
La actriz Charlotte Gainsbourg.
Archivo
La actriz Charlotte Gainsbourg.

No has dudado en repetir con Lars von Trier...

Quería una nueva experiencia con él. Eso no quiere decir que haya sido fácil ni un rodaje relajado, para nada. Me puso nerviosa otra vez, pero supongo que es bueno tener miedo.

¿Ha habido grandes diferencias entre ambas películas?

En Anticristo el rodaje fue muy íntimo, había muchas escenas de desnudos y yo solo veía lo que pasaba en la cabaña, éramos muy pocos. En Melancholia fue todo lo contrario. La boda, más de cien extras, todos los actores... una experiencia totalmente diferente. No creo que pudiese pasar por lo mismo otra vez.

¿Ha sido tan extremo como Anticristo?

A todos los actores nos gusta la idea de llegar al extremo. Te gusta tener material original para empujarte a ti mismo hacia los límites. Y quería sentirme expuesta, llegar un poco más lejos.

Estabais al límite tanto los actores como el director.

Sí, era muy vulnerable en aquel momento. Vi a alguien muy inseguro e incluso más preocupado por su salud de lo que yo me he preocupado por la mía. De alguna manera, me sentí muy cercana a su experiencia y me dio la impresión de que con mi personaje estaba interpretando su estado de ánimo.

Tengo entendido que tú pasaste por algo similar en 2007.

Después de tener dolor de cabeza durante siete días seguidos me hicieron unas pruebas y vieron que tenía una hemorragia en la cabeza. Los médicos me dijeron que debería estar muerta o inválida, así que me operaron. Básicamente consistió en que me taladraran la cabeza. Después de aquello pase una época extraña, muy frágil.

¿Cómo te cambió a nivel personal?

Durante una temporada me refugié en mi familia. Era algo nuevo sentirme tan frágil, me sorprendió porque siempre me había visto como alguien muy fuerte. No tenía ni idea del miedo que me da la muerte.

Creo que el título de tu último álbum, IRM, tiene que ver con este incidente.

Trabajando con Beck, uno de los primeros sonidos que utilizamos para componer fue el de una resonancia magnética que había encontrado por Internet. Era como escuchar el sonido de un delirio. Fue el sonido más revelador que podía haber tenido en el momento de concebir el disco.

¿Por qué colaborar con Beck tras dos discos en solitario?

Es la persona que más admiro en el mundo de la música. Me imaginaba a un tipo callado en el estudio, todo muy instintivo... y así fue. Un día vino con una frase, «lléname la cabeza de agujeros», sin saber lo que me había pasado. Pero fue divertido, y nos ayudó a mejorar nuestra relación.

He oído que tienes respeto a las actuaciones en directo.

Me da mucho miedo. No tiene nada que ver con el cine, ni siquiera con el teatro, aunque haya hecho muy poco. Y no es lo mismo que cantar en un estudio. Frente a una audiencia estás desnuda.

Siendo hija de quien eres, imagino que la música siempre fue un pilar en tu educación. ¿Cuáles han sido los músicos que más has escuchado?

Chopin, Bach. Contemporáneos: Georges Brassens, Elvis e Ian Dury. Recuerdo un día que había estado ahorrando dinero y le pedí a mi padre que me recomendara un álbum. Me dijo que me comprara Lady Lady, de Bob Dylan. Y eso hice.

¿Cómo era el ambiente en casa?

Vivíamos sin grandes alardes. Teníamos un piso pequeño en París y una casa en Normandía. Mis padres siempre salían por las noches a clubes y en casa siempre sonaba música a todas horas. Mi padre la ponía muy alta para enfadar a los vecinos.

Cuando tenías 13 años hubo una gran polémica por el vídeo que grabasteis juntos, Lemon incest. ¿Qué recuerdas de todo aquello?

Tuve la suerte de que estaba interna en un colegio en Suiza y cuando estalló el escándalo no me enteré de nada. Pero recuerdo que sabía perfectamente de lo que estaba cantando cuando rodamos el vídeo. No fue ningún problema, fue divertido. Había algo puro en aquello, realmente habla del amor de un padre y una hija.

Hablemos de tu relación con tu madre, ¿qué le pareció Anticristo?

Se lo tomó bien, reía cuando se lo explicaba. Pero mi madre ha hecho muchos desnudos y escenas de sexo en su carrera, así que de alguna manera me di permiso a mí misma para hacerlo.

¿No fue incómodo?

Nunca había tenido la oportunidad de hacer un papel tan llamativo. Sí que hubo momentos en los que sentí vergüenza, pero me obligué a dar ese paso.

¿Cómo decides cuándo quieres rodar una película o componer?

No hay una lógica. Simplemente hago como mi madre, que es una adicta al trabajo y a la que casi no veo. Ella es incapaz de estar quieta, siempre tiene una docena de proyectos en marcha.

Actúas, cantas... ¿alguna otra faceta artística que desconozcamos?

Dibujo. Hago dibujos en tinta. Sobre todo autorretratos, ya que no soy capaz de inventar, así que dibujo lo que veo. Pero es una actividad que hago puramente por placer, no porque me sienta llamada a ello.

Y si tuvieras que escoger una sola cosa, ¿en qué registro dirías que te sientes más cómoda?

Me resulta muy difícil considerarme actriz, porque empecé a actuar durante las vacaciones de verano y nunca he ido a una escuela de arte dramático. De alguna manera, siento que no formo parte de ello. Y tampoco tengo método. Cada vez que ruedo es como si fuera la primera vez. Además, creo que a mucha gente le gusto porque admiraban a mis padres. Las críticas podrían haberme masacrado y no lo han hecho... todavía.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento